Longevidad: las causas por las cuales el envejecimiento es cada vez más tardío

“Nunca imaginé que llegaría a los 65 años sintiéndome pleno, físicamente activo y sin percibirme excluido socialmente”, reconoce Julio, un platense que, frecuentemente, disfruta de andar en kayak por el Río de la Plata. Por su lado, Sandra, de Ensenada, cuida su alimentación desde hace diez años (tiene 59) y basa su dieta en los frutos de su huerta: “Trato de consumir todo fresco. Así no siento el peso de los excesos en un asado o reuniones donde sobra la comida. Desde que me cuido, mi vínculo con los demás cambió notablemente”. En un mundo donde los avances científicos y una mentalidad positiva están redefiniendo la percepción del envejecimiento, surge una pregunta inevitable: ¿los 60 son los nuevos 40? Un extenso estudio de 25 años revela que la edad de inicio de la vejez se está retrasando significativamente, transformando no solo la autopercepción, sino también la calidad de vida de millones de personas.

Edith tiene 62 y sale todos los días a andar en bici por la circunvalación y, así, recorre todo el casco urbano de la Ciudad. “Me renueva hacer actividad todos los días. También me gusta mantenerme activa dándome gustos más estéticos y desafiar mi mente estudiando”, confesó. Algo similar contó Carlos que, con 57, medita y hace yoga: “Después de divorciarme descubrí prácticas sanadoras que me hacen sentirme renovado”.

Las personas mayores de edad buscan estrategias para verse mejor y envejecer con estilo / Pexels

FAMOSOS Y ESPECIALISTAS QUE MARCAN EL CAMINO

En otro orden, celebridades como Brad Pitt, Demi Moore, Tom Cruise, Lenny Kravitz y Mónica Bellucci... Todos ellos han cruzado o están a punto de cruzar la barrera de los 60 en 2024 y lucen más vitales que nunca. En Argentina y Latinoamérica, figuras como Andrea Frigerio, Carlos Vives, Cathy Fulop, Grecia Colmenares y Marcelo Tinelli también desafían los estereotipos del envejecimiento, mostrando que la sexta década puede ser tan vibrante como la juventud. Recientemente, Alejandra Marisa Rodríguez, a sus 60 años, hizo historia al coronarse Miss Universo Buenos Aires, la persona más longeva en ganar este certamen. Este tipo de logros resalta un cambio cultural donde ser “grande” ya no tiene las mismas connotaciones que antes.

Un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología revela cómo la percepción de la vejez ha cambiado drásticamente. Markus Wettstein, psicólogo de la Universidad de Humboldt en Berlín y autor principal del estudio, explica: “Hay una tendencia histórica hacia un aplazamiento del comienzo subjetivo de la vejez. Y aún no entendemos totalmente el motivo”. Wettstein, junto con colegas de la Universidad de Stanford, la Universidad de Luxemburgo y la Universidad de Greifswald, Alemania, examinó datos de 14.056 participantes en la Encuesta Alemana sobre Envejecimiento. Este estudio longitudinal incluye a personas nacidas entre 1911 y 1974, quienes respondieron a preguntas de la encuesta hasta ocho veces durante 25 años (1996-2021). Se reclutaron participantes adicionales (de 40 a 85 años) a medida que las generaciones posteriores entraban en la mediana edad y la vejez.

Los investigadores encontraron que, en comparación con los participantes nacidos más temprano, los nacidos más tarde reportaron una percepción de envejecimiento más tardía. Por ejemplo, cuando los participantes nacidos en 1911 tenían 65 años, fijaron el inicio de la vejez a los 71 años. En cambio, los participantes nacidos en 1956 dijeron que la vejez comienza a los 74 años, en promedio, cuando tenían 65 años. Sin embargo, los investigadores también encontraron que la tendencia hacia una percepción más tardía de la vejez se ha desacelerado en los últimos años. “La tendencia a posponer la vejez no es lineal y no necesariamente continuará en el futuro”, afirmó Wettstein.

LE PUEDE INTERESAR

Cambio climático y virus: a mayor contaminación, crece la presencia de enfermedades

LE PUEDE INTERESAR

Inteligencia artificial generativa: la innovación que transformará los celulares y otros dispositivos

Coinciden en que la clave está en adoptar una mentalidad positiva y hábitos saludables

Los investigadores también observaron cómo las percepciones individuales de los participantes sobre la vejez cambiaban a medida que envejecían. Descubrieron que a medida que los individuos se hacían más grandes, su percepción del inicio de la vejez se alejaba más. A los 64 años, el participante promedio dijo que la vejez comenzaba en 74,7 años. A los 74 años, dijeron que la vejez comenzaba a los 76,8. En promedio, la percepción de envejecimiento aumentó aproximadamente un año por cada cuatro o cinco años de envejecimiento real.

La doctora Mirta Goldstein, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, subraya la importancia de una actitud positiva frente al envejecimiento: “Con el aumento de la expectativa de vida, se han reacomodado muchas percepciones y prejuicios. La mejor manera de lograr una vida plena es no deprimirse, no aislarse y mantenerse activo socialmente”. La salud mental juega un papel crucial en este proceso. La doctora Becca Levy en Yale ha investigado cómo la percepción del tiempo influye en la salud y encontró que las personas que aceptan positivamente el paso del tiempo pueden vivir hasta siete años más que aquellas que lo ven de manera negativa.

Diego Bernardini, doctor en medicina y director del Diplomado Internacional en Nueva Longevidad, destaca que este estudio siguió al mismo grupo de personas durante muchos años y descubrió que extendían la edad en la que consideraban que comenzaba la vejez a medida que ellos mismos envejecían. Bernardini añade que la percepción de envejecimiento varía según el contexto cultural y social. Una investigación de 2012 en Europa mostró que la educación, los valores sociales y la cultura influyen en cuándo se considera que una persona es mayor. En Turquía, por ejemplo, se consideraba que una persona era mayor a los 55 años, mientras que en Grecia era más cercano a los 70.

Goldstein argumenta que la longevidad no es una etapa de la vida, sino un modo de vivir las últimas décadas. Explica que “llegar a ser longevo es una construcción subjetiva que depende de las ganas de vivir”. La psicoanalista señala que quien deja de trabajar y no encuentra otra forma de vivir su tiempo existencial tiende a aislarse y a decaer tanto física como psíquicamente. La soledad es otro factor de riesgo importante, especialmente para aquellos que no tienen una pareja. Sin embargo, muchas personas longevas encuentran nuevos amores, acompañantes y vocaciones en esta etapa de la vida.

Según Bernardini, los 60 de ahora son los “nuevos” 60, una etapa que se vive de manera muy diferente a como lo hicieron las generaciones anteriores. Destaca que la longevidad es un tema de agenda pública y política. En países como Argentina, aún no tanto, pero en la Unión Europea, Estados Unidos y Asia, el envejecimiento y la soledad son temas centrales. La longevidad no solo implica vivir más años, sino hacerlo con calidad de vida, lo que requiere hábitos saludables como una dieta balanceada, ejercicio regular y una vida social activa.

Las prácticas nuevas sirven para mantenerse activo / Pexels

La longevidad también implica un cambio en la educación y en la visión de la vida. Bernardini enfatiza que es crucial enseñar a los jóvenes a cuidar su salud para tener una vida larga y plena. La educación sobre longevidad debe incluir hábitos saludables, aprendizaje continuo y la preparación financiera para una vida larga. Además, se necesita una política pública que apoye a las personas mayores, con ministerios y secretarías especializadas en envejecimiento y soledad, como ya existen en algunos países.

El envejecimiento saludable requiere no solo cuidados físicos, sino también una mentalidad positiva y activa. Bernardini concluye que así como reconocemos al niño que llevamos dentro, también debemos hacer las paces con la persona mayor que seremos. La edad que tenemos es importante, pero no define nuestros sueños y proyectos. En lugar de ver a las personas mayores como improductivas o enfermas, deberíamos valorar su sabiduría, conocimiento y experiencia. La sociedad necesita una nueva cultura que celebre la longevidad y valore a las personas mayores como un capital humano fundamental.

El envejecimiento saludable es posible mediante hábitos como una dieta sana, ejercicio regular, mantenerse socialmente activos, tener un propósito en la vida, realizar chequeos médicos periódicos y mantener un peso adecuado. La ciencia continúa aportando recursos para un envejecimiento saludable, desde dispositivos wearables hasta test de ADN y terapias avanzadas. Sin embargo, el primer paso es cambiar nuestra mentalidad y diseñar un futuro saludable y vital.

En conclusión, la percepción del envejecimiento está cambiando, y con ella, la calidad de vida en la vejez. Los 60 pueden no ser exactamente los nuevos 40, pero representan una etapa llena de potencial y vitalidad. La clave está en adoptar una mentalidad positiva y hábitos saludables que permitan disfrutar de cada etapa de la vida al máximo. La verdadera juventud, entonces, está en la actitud con la que enfrentamos el paso del tiempo y en cómo decidimos vivir nuestras vidas.

¿QUIÉNES VIVEN MÁS?

En un mundo donde la búsqueda de la longevidad es un objetivo constante, un nuevo estudio ha arrojado luz sobre una cuestión que ha intrigado a científicos y demógrafos durante décadas: ¿quiénes viven más, los hombres o las mujeres? La respuesta, aunque todavía favorece a las mujeres, está mostrando cambios significativos.

La percepción del envejecimiento está cambiando y, con ella, la calidad de vida en la vejez

Un reciente artículo publicado en la revista PLoS One, realizado por investigadores de las universidades de Alcalá, Barcelona, Oxford y Londres, analizó datos de 194 países desde 1990 hasta 2020. El estudio reveló que, a nivel global, la esperanza de vida ha aumentado en todos los países, pero lo más interesante es que la brecha de mortalidad entre hombres y mujeres se está reduciendo progresivamente.

En Argentina, según un relevamiento del sitio Datos Macro de 2021, la esperanza de vida para las mujeres es en promedio de 78 años, mientras que la de los hombres es de 72 años. Aunque las mujeres aún viven más que los hombres, la diferencia de seis años es menor que en décadas anteriores. Los expertos señalan varios motivos para esta reducción en la brecha de longevidad. Uno de los factores clave es el aumento de muertes entre mujeres debido a cánceres y enfermedades respiratorias asociadas al consumo de tabaco. Este aumento en las tasas de mortalidad femenina ha contribuido a una disminución en su esperanza de vida, acercándola más a la de los hombres.

Otro hallazgo significativo del estudio es la pérdida del cromosoma Y en los hombres durante el proceso de envejecimiento, un fenómeno que no ocurre en las mujeres. Esta pérdida está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, cardíacas, fibrosis y otras disfunciones cardíacas. Esta diferencia biológica fundamental explica en parte por qué los hombres tienen una esperanza de vida menor que las mujeres.

Jesús Adrián Álvarez, actuario especializado en longevidad y miembro del consejo directivo de la Sociedad Española de Demografía Danesa, comentó que la “brecha de longevidad entre hombres y mujeres se ha reducido en países con economías de altos ingresos”. Esto se debe a una combinación de factores, incluyendo mejores servicios de salud, estilos de vida más saludables y avances médicos. Álvarez añadió que mientras el promedio de vida en Nigeria es de solo 53 años, los españoles viven aproximadamente 83 años, reflejando las disparidades globales en la esperanza de vida.

A nivel global, los científicos concluyeron que la mayoría de los países han experimentado mejoras en la longevidad y una reducción en las disparidades entre géneros. Esto se debe a diversos factores, incluyendo mejores condiciones de vida, avances en la medicina y políticas de salud pública más efectivas.

En este contexto de búsqueda de la longevidad y mejoras en la calidad de vida, la alimentación juega un papel crucial. Un tema de interés reciente es la incorporación de la mantequilla de maní como opción saludable en la dieta diaria. La mantequilla de maní, rica en proteínas, grasas saludables y nutrientes esenciales, ha sido promovida por numerosos nutricionistas como una excelente adición a una dieta equilibrada.

Las cantidades recomendadas varían, pero generalmente se sugiere consumir de una a dos cucharadas al día. Esta cantidad proporciona beneficios nutricionales sin exceder el consumo calórico diario recomendado. La mantequilla de maní puede ayudar a mantener la energía, mejorar la salud del corazón y apoyar el control de peso, siempre que se consuma con moderación y como parte de una dieta balanceada.

La ciencia detrás de la longevidad continúa evolucionando, y los recientes estudios sobre la brecha de esperanza de vida entre hombres y mujeres ofrecen una visión alentadora sobre cómo estamos avanzando hacia una mayor equidad y mejores resultados de salud para todos. Con una combinación de avances médicos, cambios en el estilo de vida y una dieta equilibrada, estamos un paso más cerca de vivir vidas más largas y saludables.

Las mujeres y los hombres que transitan la tercera edad se vinculan de nuevas formas socialmente, lo que les permite no sentirse excluidos / Pexels