Obesidad y sobrepeso: los riesgos de la nueva inyección para adelgazar

En Argentina se aprobó un medicamento que sirve para tratar enfermedades no transmisibles. Sin embargo, los peligros de su uso, sin prescripción médica, pueden causar muchos problemas

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En la búsqueda constante de soluciones para el sobrepeso y la obesidad, la semaglutida emergió como una opción terapéutica prometedora. Sin embargo, como con cualquier tratamiento médico, es esencial comprender los riesgos y las precauciones asociadas con su uso.

A pesar de sus prometedores beneficios, es esencial abordar los riesgos y precauciones asociados con el uso de este medicamento inyectable bajo marcas como Ozempic (recientemente aprobada en el país). Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos y diarrea. Además, existe el riesgo potencial de hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) en pacientes con diabetes tipo 2 que toman semaglutida junto con medicamentos para reducir el azúcar en sangre. Por lo tanto, es fundamental que los pacientes sean supervisados de cerca por profesionales de la salud durante el tratamiento.

Otra preocupación radica en su seguridad a largo plazo, sobre todo una vez que se deja el tratamiento. Dado que la semaglutida es relativamente nueva en el mercado, la información sobre su impacto a largo plazo en la salud aún es limitada. Las investigaciones en curso buscan evaluar cualquier posible efecto adverso a medida que más pacientes se someten a este tratamiento.

La inyección es subcutánea y debe usarse siempre bajo la supervisión de un médico / Freepik

UN CASO PARTICULAR

En Estados Unidos ya fue aprobado hace tiempo el medicamento. Por caso, Mary Boyer (41 años), una trabajadora del sector tecnológico norteamericano, empezó a tomar el medicamento en octubre pasado para tratar la obesidad, según informó NYTimes. Desde entonces, perdió más de 18 kilos, y pasó de los 121 cuando empezó a tomarlo, a los 100 que pesó hace poco.

Sin embargo estos fármacos pueden alterar la dinámica entre el deseo y el gusto; al mismo tiempo que reportarían sobre el comportamiento adictivo al comer. De hecho, durante décadas, a la protagonista mencionada le preocupaban las dietas, el hambre y los antojos. Ahora, esa obsesión ha desaparecido. “Ya no soy golosa”, dijo. A veces, todavía recurre a la pizza o a los tacos para calmar las emociones, pero con menos frecuencia. “Lo que ocurre ahora es que como un poco y me siento satisfecha o pienso: ‘En realidad, no lo necesito’”, explicó.

IMPACTO EN EL ROSTRO

Otro caso de una mujer mayor de 40 años fue el de Jennifer Berger, también en EEUU. Conforme se citó, la paciente pudo bajar de peso tras engordar post parto, pero tuvo una gran desventaja al perder peso abruptamente: su rostro parecía demacrado. “Me miraba al espejo y casi no me reconocía”, explicó.

De acuerdo al cirujano plástico mencionado en el artículo, Oren Tepper, “la pérdida de peso puede hacer retroceder tu edad biológica, pero tienen a adelantar el reloj facial”.

EL POSTRATAMIENTO

Otro caso de un paciente fue el de Teri Parris Ford, una profesora de arte de 57. Según se publicó, en seis meses pudo bajar 9 kilos y, también, reducir el nivel de azúcar en sangre.

Sin embargo, el inyectable le provocaba náuseas y, al aplicárselo en el estómago, sentía arcadas, por lo que no disfrutaba de comer. De este modo, tras espaciar las dosis, con su médico acordaron suspender el tratamiento farmacológico, pero en solo dos meses recuperó todo el peso que bajó.

¿CÓMO FUNCIONA?

Se trata de una clase de medicamentos conocida como agonistas del receptor del péptido similar al glucagón-1 (GLP-1). En efecto, puede presentarse en forma de comprimidos o de inyecciones subcutáneas, y debe usarse siempre bajo la supervisión de un médico.

El remedio actúa imitando una hormona natural que se produce en el intestino después de comer y que ayuda a sentir saciedad. De esta manera, retrasa el vaciamiento del estómago y reduce el apetito.

Incertidumbre
Otra preocupación radica en su seguridad a largo plazo. Dado que la semaglutida es relativamente nueva en el mercado, la información sobre su impacto a largo plazo en la salud aún es limitada.
Riesgo
Existe el riesgo potencial de hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) en pacientes con diabetes tipo 2
Efectos secundarios
Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, pérdida del apetito, dolor de cabeza o reacciones en el lugar de la inyección

 

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