“222 patitos y otros cuentos”: Federico Falco y el arte de la fragilidad

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En esta obra de 160 páginas, el autor despliega su maestría para narrar lo íntimo y lo devastador con una prosa quirúrgica. Entre la ternura y la desolación, este libro confirma a Falco como uno de los cuentistas más sutiles y potentes de la literatura argentina contemporánea.

Directos, secos e inquietantes, los cuentos de Federico Falco relatan historias en apariencia pequeñas y apacibles, en las que los personajes parecen no tener nada particular, pero que bajo su mirada se revelan inmersos en una rara mezcla de ingenuidad y oscuridad, siempre al borde de lo perverso, la locura o la resignación.

Esta obra, cuya primera edición fue en 2004 con una posterior versión corregida y aumentada en 2014 por Eterna Cadencia, contiene compendio de relatos en los que la infancia, la orfandad, el desarraigo y el misterio de lo cotidiano se funden en una narración contenida y punzante.

Un niño roba la ofrenda que la chica que le gusta le hizo a la Virgen para que su hermanito se curara. Un pueblo se reúne expectante en la plaza ante un hombrecito que quema un Ave Fénix con la promesa de hacerla revivir de las cenizas. Un matrimonio busca consuelo en otras mascotas tras la muerte de su perra Beba, pero nada es igual. Una madre confiesa a sus hijos, ya adultos, que intentó suicidarse tragando una bola de cabecitas de fósforos.

Entre las posibilidades del relato de anécdota mínima está siempre la de su propio fracaso: el riesgo de que en la trama realmente no ocurra nada, ni por encima ni por debajo de la línea de flotación del cuento.

En todos los relatos, la narración parece avanzar por aguas tranquilas, simples, para dar paso a súbitos raptos de violencia: un ave exótica se prende fuego en una jaula, un hotel se incendia, un auto explota en medio de la ruta. La insistencia en la combustión enfatiza el sentido del título del libro (que también tiene cuento propio): la violencia irrumpe, estalla. La quietud no es más que un incendio dormido.

Son cuentos apretados, muy breves. A su vez, queda para el final la cuestión del regionalismo, un aspecto del análisis que sólo puede ser relevante a los ojos de un lector de carácter céntrico. Como los cuentos de Faulkner, de Payró, de Rulfo y de Sherwood Anderson, los cuentos de Falco se montan sobre la certeza de que las historias de pago chico en realidad no tienen tamaño. La narración las amplifica, las carga de símbolos universales y así, sin brusquedad, por puro influjo de la palabra, los pequeños lugares terminan pareciéndose mucho al mundo entero.

222 patitos y otros cuentos
FEDERICO FALCO
Editorial: Eterna Cadencia
Páginas: 160
Precio: $24.900

 

Federico Falco
222 patitos y otros cuentos

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