Siguen creciendo los pequeños y los extensos basurales en zonas de la Región
Edición Impresa | 16 de Abril de 2025 | 01:38

Una seguidilla de reclamos en distintos barrios y la periferia platense, así como desde distritos vecinos como el de Punta Indio, se sumaron en los últimos días por la proliferación de pequeños o grandes basurales, algunos de ellos muy extensos, a los que debe considerarse como una verdadera amenaza sanitaria, convertidos también en quemas a cielo abierto como ocurre con alguna de las canteras de Hernández.
Ahora existen reclamos vecinales en la calle 23 bis desde 78 bis a 80 (Altos de San Lorenzo) en donde las quejas se extendieron asimismo a la falta de recolección de residuos. A su vez, en 56 entre 17 y 18 dijeron que el amontonamiento de basura es una postal cotidiana. Allí existe desde hace tiempo un contenedor desbordado, rodeado de un reguero de cajas de cartón, bolsas de residuos rotas, un colchón y botellas, entre otras cosas. Un frentista dice que no sólo no se resuelve ese problema sino que ni siquiera tienen respuestas.
Como se ha dicho, el fenómeno no es exclusivo de esas localidades sino que se presenta en distintos lugares de la Región. Así se han venido formando grandes basurales en algunas de las sesenta canteras existentes y también una gran cantidad de microbasurales, que son producto de la desaprensión de muchos vecinos que arrojan allí bolsas de residuos y todo tipo de desperdicios.
Por su parte, la Ong Nuevo Ambiente acaba de denunciar que en Punta Indio se ha formado un megabasural a cielo abierto de unas 5 hectáreas de extensión, formándose un montículo de unos 2 metros de alto.
Los vecinos protestan por el descontrol existente en el manejo de los residuos y por los peligros que ello acarrea, tal como se detalló en este diario en ediciones anteriores.
Hace ya tiempo que los especialistas advierten que los micro y grandes basurales dan refugio a roedores e insectos de toda clase, criándose en ellos, por la acumulación de agua, mosquitos, moscas, vibriones y bacterias, atribuyendo esta proliferación a la pérdida de una visión acerca de lo que debe ser una gestión integral de los residuos en una ciudad.
En esos microbasurales esquineros se advierte que la exposición a restos de materia orgánica implica la aparición de riesgos en la salud. Por lo general, esos basurales crónicos contienen todo tipo de desperdicios domiciliarios, además de plásticos, vidrios, latas, y hasta restos de enseres.
Se requiere, dijeron, analizar barrio por barrio y actuar de acuerdo a las necesidades de cada uno de ellos, en una tarea conjunta en la que debieran participar las Comunas, las entidades de bien público y la propia población. Hay una buena parte de los habitantes que arroja la basura en cualquier parte.
En ese sentido, le corresponde a los vecinos no arrojar residuos a la calle; no contribuir a la formación de basurales; respetar los horarios indicados para sacar la basura a la puerta; cumplir con un adecuado embalaje de los residuos, mediante acciones que cada poblador debiera preocuparse por realizar. Y a los municipios disponer de eficaces servicios de recolección.
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