Alerta por altos niveles de hipertensión arterial en menores de 18 años
Edición Impresa | 25 de Marzo de 2025 | 02:18

Desde hace años distintas fuentes médicas vienen alertando sobre un incremento de los factores de riesgo y, consiguientemente, de la declaración a edades cada vez más tempranas, del llamado accidente cardiovascular, una de las enfermedades más repetidas en este último tiempo, que es producto entre otras causas de la mala alimentación y del sedentarismo.
Entre esos factores de riesgo, los especialistas mencionan a la obesidad infantil, el colesterol, la hipertensión arterial, el sedentarismo y dietas en base a la llamada comida chatarra.
Ahora acaba de conocerse un informe revelador de los altos niveles de hipertensión arterial detectados en alumnos del nivel secundario que cursan en escuelas de La Plata, según en evidencia un estudio que lo asocia a la falta de actividad física y la mala alimentación
De allí surgió que casi el 20 por ciento de los estudiantes evaluados tenían presión arterial elevada.
El estudio detallado en la edición de ayer de este diario advierte sobre la necesidad de llevar adelante intervenciones que permitan reducir los riesgos cardiovasculares en ese sector de la población.
“Los resultados revelan una prevalencia preocupante de alteraciones de la presión arterial entre adolescentes”, señala el trabajo, publicado por un equipo de investigadores del Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil (CEREN) que pertenece a la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC).
El estudio -hecho en 14 escuelas estatales urbanas de La Plata, Berisso y Ensenada seleccionadas de manera aleatoria- se basó en la evaluación de unos 655 estudiantes de 12 a 18 años, a quienes se les midieron el peso, la talla, el perímetro de cintura y la presión arterial con métodos estandarizados.
Cabe consignar que investigaciones médicas previas destacan que la eventual incidencia de la hipertensión arterial, de ser prevenida en forma temprana, evitaría consecuencias como ACV, infartos de miocardio y otras serias enfermedades.
El panorama se agrava si se entiende que gran parte de la población es la que no toma conciencia sobre la importancia de la prevención, especialmente en estas enfermedades derivadas de la mala alimentación, la falta de actividades físicas y de otras causas que podrían evitarse. Y es aquí en donde las autoridades médicas de las diversas jurisdicciones debieran poner el acento.
Está claro que hacen falta campañas de concientización que debieran inducir a la población a adquirir hábitos de vida sana.
Sobre esa base, con programas educativos de no muy compleja instrumentación y profundizándose las políticas preventivas podrían obtenerse resultados beneficiosos para mejorar los niveles sanitarios, hoy deficientes para enfrentar enfermedades de tanta incidencia social como son la hipertensión y la obesidad.
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