Trump asumió pero Musk se llevó todos los flashes: ¿por qué hizo ese gesto?

Estados Unidos estuvo en el centro de atención, y cuándo no. La asunción presidencial de Donald Trump estuvo en todas las pantallas, diarios y radios. Su tradicional traje azul, corbata roja y camisa blanca desfilaron por las principales revistas. Sin embargo, su segunda etapa como máximo líder de su país quedó por momentos eclipsada por un satélite millonario: Elon Musk. El empresario tecnológico dio un discurso de apenas cuatro minutos pero le bastaron para lograr su objetivo.

Musk es un hombre que en redes sociales se mueve como el mejor surfer del mundo, aunque haya algunas costas u olas que aún no conoce y piensa que las puede controlar. Pasó de bannear a Trump en el antiguo Twitter a estar presente en la ceremonia presidencial. ¿Qué rol cumple ahora además de ser una de sus manos derechas? Fue nombrado como Administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la Casa Blanca (es decir, el poder de reestructurar el gobierno federal y eliminar regulaciones para reducir los gastos y aumentar la eficiencia del gobierno).

​Volver un poco el tiempo atrás y ver cómo llegó de su Sudáfrica natal (1971) a estar dentro de la Casa Blanca, uno de los sitios con mayor poder en el mundo. En 1995 se trasladó a California y decidió seguir una carrera empresarial, cofundando la empresa de software web Zip2 (Compaq la compró por 307 millones de dólares en 1999). Ese mismo año, Musk cofundó el banco en línea X.com (justo como ahora se llama lo que era Twitter), que se fusionó con Confinity en 2000 para formar PayPal -eBay la compró en 2002 por 1500 millones-.

En 2002, Musk fundó SpaceX, fabricante aeroespacial y empresa de servicios de transporte espacial, de la que es director general e ingeniero jefe. En 2003, se unió al fabricante de vehículos eléctricos Tesla. En 2006, ayudó a crear SolarCity, una empresa de servicios de energía solar; en 2015, cofundó OpenAI, investigación sin ánimo de lucro que promueve la inteligencia artificial amigable; en 2016, cofundó Neuralink, neurotecnología centrada en el desarrollo de interfaces cerebro-ordenador, y fundó The Boring Company, construcción de túneles. También acordó la compra de la importante red social estadounidense Twitter en 2022 por 44 000 millones de dólares. Musk también ha propuesto el hyperloop (cápsula supersónica o cápsula ultrarrápida​ es un hipotético modo de transporte de pasajeros y/o carga ). En noviembre de 2021, el director general de Tesla fue la primera persona de la historia en acumular una fortuna de 300 000 millones de dólares. 

Musk es, según Forbes, la segunda persona más rica en el mundo con un caudal de 195 billones de dólares, solo detrás de Bernard Arnault, con 233 y dueño de marcas de moda y cosméticos como Louis Vuitton y Sephora. Pese a todos esos miles y miles de millones, no alcanzaba para sus objetivos. Y es por ahí que el dinero no es todo pero cómo ayuda. Pese a todas sus compañías, el logro máximo fue Twitter. Pasó de crear un vehículo irrompible, satélites que brindan internet por todo el mundo, ponerle a uno de sus hijos X Æ A-Xii Musk o Tau Techno Mecanicus de nombre, y desde hace más de dos décadas que llama la atención.

De no haber hecho el gesto similar al saludo nazi, su presencia habría quedado en la nada. Eufórico, en un momento puso su mano al corazón y luego la agitó firmemente hacia arriba y en diagonal. Muy similar, generando polémica, debate, controversia y muchísimas visualizaciones en redes. Quizás más ello que algún fragmento del discurso de Trump, o por debajo de su baile con los YMCA.

¿Cuál era su objetivo entonces? Este mismo, que hablen de él. Y no es la primera vez que lo consigue. Al estar el mundo conectado y casi usar las mismas aplicaciones, una de las cuales él es dueño, el principal motor ya no es el dinero, los contactos, la belleza u otra característica similar. Lo que hace diferenciar a unos de otros es el poder de la atención, y bien que lo tiene. Ambos. Más luego estará la forma, controversial pero efectiva para sus principios. Trump ganó, Musk también.